jueves, 30 de octubre de 2014




Cuauhtémoc Cárdenas



 “La tercera es la vencida!”,

 gritó, harta, la calaca,

 y se llevó, fementida,

 al terco hijo del Tata



 “Ay Cuauhtémoc, tú no aprendes!”

 dijo, mientras lo jalaba,

 “fuiste campeón del DF

 y lo dejaste hecho garras”



 Vuelves a buscar la silla

 y volverás a tronar;

 y antes que lo haga la grilla,

 te llevaré a mi lugar



 Rosario, tu cuatachona,

 el Zócalo preparó

 para que duermas la mona:

 lo convirtió en un panteón



Porfirio Muñoz Ledo



 Muñoz Ledo, muy orondo,

 del PARM se candidateó;

 no vio que cavó tan hondo

 que su fosa construyó



 La Parca, sin que él lo sienta,

 le recita su dicterio:

 “Porfirio ¿no te das cuenta

 que estás en el cementerio?”



Roberto Madrazo



 Junto a Alazraki gemía

 Roberto su triste suerte:

 la Silla a un palmo tenía

 cuando lo agarró la muerte



 En un mitin pueblerino

 le dijo con voz de trino:

 “Madrazo, dame un abrazo

 que tú llegas a Los Pinos

 si no te dan el albazo”.



 Siguiendo a su publicista,

 Madrazo fue y la abrazó.

 La Catrina era más lista:

 de un dedazo lo mató



Francisco Labastida



 Estaba Pancho seguro

 de un gran triunfo nacional,

 mas todo se puso oscuro

 cuando los sintió empujar



 Más de mil búfalos eran

 dispuestos a vitorearlo,

 era la cargada entera...

 terminó por aplastarlo



 Con su torpeza maldita,

 cien Madrazos le asestó

 y con tristeza infinita

 Labastida feneció



Vicente Fox



 El ranchero don Vicente,

 se encontraba hecho pelotas

 quería ser presidente

 pero ya colgó las botas



 La muerte lo sorprendió

 le vino a jalar las pata

 y luego lo colocó

 entre víboras y tepocatas



 Se llevó su Coca Cola

 y también su escapulario

 Labastida hace la “ola”

 pues ya no tendrá adversario



Humberto Roque



 “Dame chance calaquita,

 que voy a ser senador”,

 dijo Roque en voz contrita

 cuando la muerte llamó



 “Te lo juro, no hice nada

 en la lid Presidencial”,

 y la Parca muy calmada

 le hizo la roqueseñal



Manuel Bartlett



 Murió Bartlett, tristemente,

 la CROC se apresta a velarlo;

 un día ocho de noviembre

 todos fueron a enterrarlo



 En el panteón, un discurso

 ¿Quién lo dice? El mismo Bartlett.

 ¿Quién lo escucha? Ni un iluso.

 ¿Está vivo? ¿Quién lo sabe?

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