miércoles, 8 de octubre de 2014

Sólo 30 minutos, durante los cuales habló de su situación en Hollywood, de Pedro Almodóvar, de su manera de preparar paella, de su gusto por los tamales verdes y rojos, y de su mujer, Melanie Griffith, bastaron a Antonio Banderas para echarse en la bolsa al nutrido grupo de fans —y de reporteros— que esperaban su llegada a la conferencia de prensa a que había citado en esta ciudad.
Finalmente habló de la película que actualmente filma en locaciones mexicanas: Danzando en la oscuridad, en la que comparte créditos con la actriz estadunidense Angelina Jolie.

Ubicado en 1880, el filme (del cual Francois Truffaut hizo una versión en los 60) relata la historia de un cafetalero que vive en Cuba, y se casa con una atractiva estadunidense, por cuya pasión enfrentará varios peligros.

La conferencia de prensa, en la que Banderas estuvo acompañado por Jolie, ambos ataviados con los trajes de época, estuvo salpicada por divertidos y claros comentarios del actor y una que otra intervención de la actriz.

—¿Por qué se interesó en este proyecto?

 —En general por lo mismo que me atren otros proyectos, con la salvedad de que éste es uno que tenía en la cabeza desde tiempo atrás. Está basado en una novela, de la que Truffaut hizo una película en 1962. La vi de joven. Cuando me ofrecieron el guión, me sentí apasionado. Es una historia muy fuerte, de amor incondicional, que va a los límites y reflexiona sobre las relaciones humanas. Es algo que tiene el atrevimiento de Almodóvar.

—A propósito de Almodóvar, ¿podría darnos una consideración sobre su postulación al Oscar?

 —Lo tengo que confesar aunque sea un poco injusto con el resto de las películas que compiten: mi corazón está con Almodóvar. Cuando suba al escenario con Penélope Cruz, para dar un premio, me gustaría que el premio fuera para él. No sólo por su película, sino por una trayectoria de 20 años, en la que ha hecho un cine distinto, abriendo muchas puertas.

—¿Qué persigue hoy Antonio Banderas?

 —El fin ha sido prácticamente el mismo durante las 57 películas en que he participado: tratar de ser un buen actor. Creo que algún día lo conseguiré. He tratado de trabajar toda mi vida con mucha humildad, y también me metí en territorios complejos, como el mundo de Hollywood.

Agregó Banderas:

—En Hollywood soy todavía un actor handicap, porque llegué a Estados Unidos sin hablar la lengua y tuve que realizar algunos trabajos que no me hubiera apetecido hacer en otras circunstancias, pero que me abrían la puerta para un siguiente trabajo que sí me interesaba. Por ejemplo, Asesinos me abrió la puerta a Entrevista con el vampiro. Hubo relaciones con Disney desde Rapsody, que de alguna manera me abrieron la oportunidad para trabajar en Evita. Ha sido un juego de equilibrios que he tratado de mantener con la mayor dignidad, la mayor honestidad, y la mayor humildad. Las palabras sacrificio y trabajo están detrás del éxito y eso es lo que trato de hacer.

Alguien le preguntó a Angelina Jolie si tenía problemas con Melanie por trabajar con Antonio. Respondió:

—Fue Melanie la que me dijo que hiciera esta película. Antonio, lo confesaré públicamente: cuando me dieron este guión, por la naturaleza erótica del mismo, Melanie no se sintió muy satisfecha. Pero ella estaba rodando una película en Baltimore, con John Waters, y se empeñó en leer el guión. Cuando lo terminó me miró a la cara y me dijo: “Tienes que hacer esto”. Y aquí estamos.

Se le preguntó a Banderas:

—Cuando se filmó La máscara del Zorro se quejó de pérdida de cabello por el agua de México e incluso tardó varios días en recuperarse por lo que comía. ¿Se trató de un ardid publicitario?

 —Jamás dije eso. Fui claro y no tengo ningún sentido de revancha, ni estoy enfadado, ni nada por estilo. La verdad es que me río de esas noticias porque algunas fueron increíbles. Por ejemplo, mientras filmaba El zorro, leía algunas que decían que me detuvieron en la frontera de Polonia y Alemania, que perdí un dedo de la mano derecha haciendo surf, que me traje tres camiones de agua francesa para ducharme porque no me gustaba el agua de México, que no fui a Viña del Mar —que no sabía donde estaba— porque pedía 350 mil dólares... Se dicen muchas historias por el estilo y yo las colecciono porque son muy divertidas y porque estoy preparando un libro de cuotas falsas.

La verdad te la voy a decir ahora mismo: a mí me encantó trabajar en México. Me sentí muy bien tratado en este país, me gusta la cultura de este país y su comida. Me gusta la gente de este país, y no hay ningún sitio en el mundo, ahora mismo, donde yo me sintiera más cómodo que aquí, filmando esta película. Además, me trae suerte porque El zorro salió muy bien y ésta película también va a salir excelente. Lo dije antes: amo México y, lo reitero, amo este país.

—¿Qué personajes le gustaría interpretar?

 —Los papeles están ahí, pero no siempre te los ofrecen. Para un hispano como yo, que no hablaba inglés hace ocho años, abrirse las puertas ha sido difícil. Los papeles que Tom Cruise y Brad Pitt rechazaban, eran los que me llegaban a mí. Esto está cambiando un poco, porque me ofrecen papales más directamente.

—¿Como manejó el paso del cine español al hollywoodense, cómo asumió el precio de la celebridad?

 —Con tiempo, con mucha paciencia, con calma y sabiendo situarte: encontrando una posición en la que todo el mundo tiene lo que quiere y tú también. Eso a veces es un poco complejo pero uno trata de hacerlo lo mejor posible, especialmente con la prensa y los fans, tratando de atenderlos de la manera más honesta posible. El éxito llegó a mí tan lentamente, que pude asumirlo con naturalidad. Uno aprende que esta es una profesión eventual, que lo mismo estás arriba que abajo.

—¿Sus siguientes proyectos?

—Voy a trabajar con Robert Rodríguez que, aunque no es mexicano, tiene orígenes aquí. Me voy a Austin, Texas, a hacer una película para niños llamada Niños espías, muy divertida. Después rodaremos El conde de Montecristo con Guillermo del Toro, con producción de Coppola, a mediados del mes de agosto.

—¿Cuándo lo veremos nuevamente en una película española?

 —Existe la posibilidad, no muy remota ya, de trabajar con Pedro Almodóvar. Probablemente en un año y medio o dos, estaremos trabajando de nuevo juntos, pero aún no les puedo decir el título


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